El orgullo de Panamá es ser un país que demuestra al mundo cómo vivir en pluralidad en armonía e igualdad, conviven más de 10 culturas diferentes en un sitio
pequeño lleno de tesoros y secretos.
La fisonomía nacional se fundamenta en la heterogeneidad de grupos humanos que aquí se han acrisolado para forjar al istmeño. Panamá tiene la capacidad peculiar de ser sitio de encuentro y lo ha convertido en una especie de rosa de los vientos de la cultura, cualidad explícita en la biodiversidad surgida por ser la plataforma continental americana por medio de una lengua de tierra que unifica al norte con el sur y da paso al prodigio de botánica, zoología, geología y sociología que sólo puede encontrarse en Panamá.
Identidad
Panamá muestra al mundo sus caras antagónicas como la ciudad cosmopolita que se ha nutrido a través de una historia mágica llena de barcos, piratas y corsarios, mulas cargadas de oro, ferrocarriles, canales, centros financieros y zona libre de comercio, a contracara con el Panamá que huele a caña, trapiche, raspadura, cuerpos sudorosos del trajín de un baile popular, polleras, montunos y mazamorra. Un país que ha tenido la dicha, de ser un puente, una zona de paso para gente que transita de un punto a otro del planeta.
